¿Cómo
podemos aplicar en nuestras vidas la Ley de la potencialidad pura, en el
campo de todas las posibilidades? Si usted desea disfrutar de los beneficios
del campo de la potencialidad pura, si quiere aprovechar plenamente la
creatividad inherente en la conciencia pura, entonces tiene que tener acceso a
la misma. Uno de los modos de acceder a
este campo es a través de la práctica diaria del silencio, la meditación y la
abstinencia de juicios de valor. Los ratos pasados en la naturaleza también le
permitirán acceder a las cualidades inherentes en este campo: la creatividad
infinita, la libertad y la dicha.
La práctica del
silencio supone comprometerse a dedicar unos ciertos períodos de tiempo
simplemente a ser. Vivir el silencio significa retirarse periódicamente de la
actividad el habla. También significa retirarse periódicamente de actividades tales como ver televisión, escuchar la radio o
leer libros. Si usted no se concede jamás la oportunidad de vivir el silencio,
estas actividades generan turbulencia en su diálogo interno.
Señálese
unos breves ratos de vez en cuando para vivir el silencio. O, sencillamente,
comprométase a guardar silencio durante un período determinado cada día. Puede hacerlo
durante dos horas; o si esto le parece mucho, hágalo durante un período de una
hora. Y, de cuando en cuando, viva el silencio durante un período largo: un día
completo, dos días o incluso una semana entera.
¿Qué
sucede cuando emprendemos esta vivencia del silencio? En un principio nuestro
diálogo interno se vuelve más turbulento todavía. Sentimos una necesidad
intensa de decir cosas. He conocido a personas que se vuelven completamente
locas el primer día o los dos primeros días cuando se comprometen a mantener un
período largo de silencio. Las domina repentinamente una sensación de apremio y
de angustia. Pero cuando van manteniendo la vivencia, su diálogo interno
empieza a acallarse. Y el silencio pronto se vuelve profundo. Esto se debe a
que, después de cierto tiempo, la mente se rinde; se da cuenta de que no tiene
sentido dar vueltas y más vueltas si usted –el Yo, el espíritu, el que toma las
decisiones- no va a hablar, decididamente. Entonces, cuando el diálogo interno
se acalla, usted empieza a vivir la quietud del campo de la potencialidad pura.
La
práctica periódica del silencio cuando nos resulta conveniente es uno de los
medios de vivir la Ley de la potencialidad pura. Otro medio es practicar la meditación durante un rato
cada día. Lo ideal es meditar al menos treinta minutos por la mañana y otros treinta
minutos al anochecer. Por medio de la meditación, usted aprenderá a vivir el
campo del silencio puro y del conocimiento puro. En ese campo del silencio puro
está el campo de la correlación infinita, el campo del poder organizador
infinito, el terreno último de creación donde todo está conectado
inseparablemente con todo lo demás.
En
la quinta Ley espiritual, la Ley de la intención y del deseo, verá cómo puede
usted introducir un tenue impulso de intención en este campo, y la creación de
sus deseos se producirá espontáneamente. Pero, para empezar, tiene que vivir la
quietud. La quietud es el primer requisito para que sus deseos se manifiesten,
pues en la quietud se encuentra su conexión con el campo de la potencialidad
pura, que puede disponer una cantidad infinita de detalles para usted.
Imagínese
que arroja una piedra pequeña a un estanque en calma y que contempla las ondas.
Después, al cabo de un rato, cuando las ondas se asientan, puede arrojar otra piedra pequeña. Eso es
exactamente lo que hacemos cuando entramos en el campo del silencio puro e
introducimos nuestra intención. En este silencio, incluso la más tenue de las
intenciones produce unas ondas que atraviesan el terreno subyacente de la conciencia
universal, que lo conecta con todo lo demás. Pero si no vivimos la quietud de
la conciencia, si nuestra mente es como un mar turbulento, podríamos arrojar a
la misma el edificio Empire State sin enterarnos de nada. En la Biblia dice: “Callad,
y sabed que Yo soy Dios.” Esto solo se puede conseguir por medio de la meditación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario