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Espacio Muladhara

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domingo, 21 de diciembre de 2014

Chopra. La ley de la potencialidad pura

La primera ley espiritual del éxito es la Ley de la potencialidad pura. Se basa en el hecho de que,  en nuestro estado esencial, somos conciencia pura. La conciencia pura es potencialidad pura; es  el campo de todas las posibilidades y de la creatividad infinita. La conciencia pura es nuestra  esencia espiritual. Siendo infinita e ilimitada, también es felicidad pura. Otros atributos de la  conciencia son el conocimiento puro, el silencio infinito, el equilibrio perfecto, la invencibilidad, la  simplicidad y la dicha. Ésa es nuestra naturaleza esencial; una naturaleza de potencialidad pura.
Cuando usted descubre su naturaleza esencial y sabe quién es realmente, en ese propio conocimiento  se encuentra la capacidad de realizar cualquier sueño que pueda tener, pues usted es  la posibilidad eterna, el potencial inconmensurable de todo lo que ha sido, es y será. La Ley de la  potencialidad pura  también podría denominarse Ley de la unidad,  pues bajo  la  diversidad  infinita de la vida subyace la unidad de un  espíritu que todo lo penetra. No existe ninguna separación entre  este campo de energía y usted. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio Yo. Y  cuanto más conozca usted su propia naturaleza, más próximo estará al campo de  potencialidad pura.
El conocimiento del Yo o “referencia sobre el Yo”, significa que nuestro punto de referencia interno es nuestro propio espíritu, y no los objetos de nuestra experiencia. Lo  contrario de la “referencia sobre el Yo” es la “referencia sobre los objetos”. Con la referencia sobre los objetos siempre estamos siendo influidos por los  objetos externos al Yo, entre los que se cuentan las situaciones, las circunstancias, las personas y las cosas. Con  la referencia sobre los objetos estamos buscando constantemente la aprobación de los demás. Nuestro pensamiento y nuestra conducta siempre están esperando una reacción. Se basa, por lo tanto, en el miedo.
Con la referencia sobre los objetos sentimos, asimismo, una necesidad intensa de controlar las cosas. Sentimos una necesidad intensa de poder externo. La necesidad de recibir aprobación, la necesidad de controlar las cosas y la necesidad de poder externo son necesidades basadas en el miedo. Este tipo de poder no es el poder de la potencialidad pura, ni el poder del Yo, ni es un poder verdadero. Cuando  sentimos el poder del Yo no existe el miedo, no existe la necesidad de controlar y no luchamos por ganarnos la aprobación de los demás ni el poder externo.
Con la referencia sobre los objetos, nuestro punto interno de referencia es nuestro ego. Pero el ego no es quienes somos en realidad. El ego es nuestra auto-imagen; es nuestra máscara social; es el papel que estamos representando. Nuestra máscara social se nutre de la aprobación de los demás. Quiere controlar y el poder la sustenta, pues vive en el miedo.
Nuestro Yo verdadero, que es nuestro espíritu, nuestra alma, está completamente libre de estas cosas. Es inmune a las críticas, no teme ningún desafío y no se siente inferior a nadie. Pero, al mismo tiempo, es humilde y no se siente superior a nadie, pues reconoce que todos los demás son el mismo Yo, el mismo espíritu bajo disfraces diferentes.
Ésta es la diferencia esencial entre la referencia sobre los objetos y la referencia sobre el Yo. En la referencia sobre el Yo conocemos nuestro verdadero ser, que no teme ningún desafío, que respeta a todas las personas y no se siente inferior a nadie. El poder del Yo es, por lo tanto, el verdadero poder.
El poder basado en la referencia sobre los objetos es, no obstante, un poder falso. Como es un poder basado en el ego, sólo dura mientras esté presente en el objeto de referencia. Si uno ostenta un título determinado –presidente de la nación o director de una empresa- o si tiene mucho dinero, el poder que disfruta desaparece cuando pierde ese título, ese cargo o ese dinero. El poder basado en el ego sólo durará mientras duren esas cosas. En cuanto desaparezcan el título, el cargo o el dinero, desaparecerá también el poder.
El poder del Yo, por su parte, es permanente, pues se basa en el conocimiento del Yo. Y el poder del Yo tiene ciertas características. Atrae hacia nosotros a las personas y también atrae hacia nosotros las cosas que deseamos. Magnetiza a las personas, las situaciones y las circunstancias en apoyo de nuestros deseos. También llamamos a esto “el apoyo de las Leyes de la Naturaleza”. Es el apoyo de la divinidad; es el apoyo que se desprende de estar en estado de gracia. Nuestro poder es tal que disfrutamos de un vínculo con las personas, y las personas disfrutan de un vínculo con nosotros. Nuestro poder es el de un vínculo, un vínculo que se desprende del amor verdadero.

Deepak Chopra. Las siete leyes espirituales del éxito

 

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